Buenos consejos de una amiga
Yo soy de ponerme roja en seguida. Roja, si me da algo vergüenza. Roja, si miento. Roja, si me enfado. Roja, si bebo una copa de vino… y eso, cuando se es blanca como la porcelana, no hay forma de esconderlo. Así que podéis imaginaros como estaba el día que me puse a hablar en público por primera vez.
¿Vosotros habéis hablado alguna vez en público? ¿Os acordáis de vuestra “primera vez”? Yo sí… con horror!!! Recuerdo a mi jefe pidiéndome que diese un curso ¡Casi me da algo! Mi cara debió ser un «poema» porque hasta me preguntó si tenía algún inconveniente. “No, para nada. (silencio incomodo)”. Ya han pasado unos «cuantos» años y reconozco que se me sigue acelerando el pulso los primeros minutos… pero he aprendido a controlar la adrenalina que me produce enfrentarme al público.
A la hora de preparar una ponencia, es fundamente trabajar nuestro…
Ver la entrada original 1.203 palabras más