Dándole vueltas a la cabeza, se me ocurre un buen debate a lanzar en la Escuela Internacional de Protocolo sobre la vida que llevan los reyes.
He mirado la agenda pública que tienen prevista para la semana que viene, del 2 al 6 de febrero que se concreta en:
- Palacio Real de El Pardo. Madrid, 02.02.2015: Entrega de las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2013
SS.MM. los Reyes
- Palacio de La Zarzuela. Madrid, 03.02.2015 : Reunión del Patronato de la Fundación Teatro Real
SS.MM. los Reyes
- Edificio Telefónica. Madrid, 04.02.2015: Presidencia del Foro Contra el Cáncer «Por un enfoque integral» 2015: «Cáncer: Tratamientos y cuidados para todos y en todos los momentos de la enfermedad»
S.M. la Reina
- Palacio de La Zarzuela. Madrid, 04.02.2015: Audiencia al Jeque Khaled Al-Hamad Al-Sabah, Vicepresidente Primero del Gobierno y Ministro de Asuntos Exteriores del Estado de Kuwait
S.M. el Rey
- Palacio de La Zarzuela. Madrid, 04.02.2015: Audiencia al Sr. Mark Fields, Presidente Ejecutivo de Ford Motor Company, acompañado por el Sr. Jim Farley, Presidente de Ford Europa, y D. José Manuel Machado, Presidente de Ford España
S.M. el Rey
- Palacio de La Zarzuela. Madrid, 06.02.2015: Audiencia al Sr. Lee Hsien Loong, Primer Ministro de Singapur
S.M. el Rey
Si analizamos un poco los motivos de estas actividades que van a realizar los reyes de España durante la próxima semana, veremos que se centran en asuntos que interesan en nuestro país: Cultura, Economía y Relaciones internacionales.
Pero todo ello, en su papel institucional de no marcar las pautas de ejecución de dichas cuestiones, sino apoyando a las acciones emprendidas por el ejecutivo legalmente establecido, con su presencia institucional.
Ese es su trabajo y, de momento, desde mi punto de vista nada malo que decir sino todo lo contrario.
La impresión que me produce el rey Felipe VI, acompañado de la reina consorte, es que cada vez quiere reivindicar la importancia de su papel como Jefe de Estado más que como rey.
Me parece un acierto total.
PRESTIGIO, PROFESIONALIDAD, DEDICACIÓN Y PRUDENCIA:
Esto es lo único que puede justificar por sí mismo el que en pleno siglo XXI, en plena democracia consolidada en nuestro país, alguien pueda asumir la jefatura del estado por el simple hecho de haber nacido con un apellido determinado.