El Segundo debate del Siglo


UN SEGUNDO ENCUENTRO CON UNA VICTORIA POR LA MÍNIMA.

Si en el primer debate de hace unas semanas, tal y como explicaba en la entrada : https://gerardocorreas.wordpress.com/ mi  impresión era de “un empate sin goles pero con un claro dominador”, en este segundo y penúltimo encuentro entre los candidatos a la presidencia de Estados Unidos,  hemos asistido a una victoria por la mínima por parte de Hillary, que no ha rematado perdiendo la oportunidad de haber dejado la eliminatoria resuelta.

Un encuentro sucio, trabado en el que ni siquiera se saludaron  al inicio, lleno de reproches y ataques continuados durante los 90 minutos, que nublaron cualquier propuesta de gobierno por parte de ambos contrincantes  en un ambiente de alta  tensión que tuvo su culmen en el momento en que  Trump dijo que si fuera presidente Hillary ya estaría en la cárcel y que, en caso de llegar a serlo,nombraría un fiscal especial para que la investigue.

Solo se suavizó durante unos minutos cuando un asistente del público les pidió que  dijeran algo positivo del contrario, evitando Clinton referirse directamente a Trump, alabando a sus hijos mientras que él halagaba su constancia y tenacidad.Buena estrategia por parte de ambos, ya que ella evitaba no referirse a él para nada bueno, mientras que él resaltaba algo que utilizaría después en su contra.

Pudo rematar, como digo,  no solo  el encuentro sino  la eliminatoria Hillary, dejando pasar el reconocimiento de Trump de no haber pagado totalmente sus impuestos y sobre todo  la tormenta sobrevenida en los últimos días previos al encuentro con la aparición de unas declaraciones  sexistas de Trump, situación de la que salió airoso el republicano, alegando que eran cosas de “vestuario”  permitiéndole que desviara el asunto recordando en varias ocasiones  el bagaje profesional de Clinton con más de 30 años en política “sin obtener resultados concretos sino solo palabras”,

Una vez más se pudo ver claramente las singularidades de cada uno de los candidatos ya que mientras Clinton, contestaba con rigor a las preguntas del público, Trump se empeñaba en su discurso extravagante y de ataque continuo a la figura contraria, juego en el que cayó Clinton demasiadas veces.

Un debate insulso con una victoria por la mínima por parte de la demócrata que deja todo en vilo hasta  el próximo y definitivo encuentro el próximo día 19 de octubre en el que se espera que, por fin y de una vez, acometan asuntos de interés que preocupan a los ciudadanos como son la pobreza, acciones para el medio ambiente, el asunto hispano, donde tiene mucho que ganar Hillary y las reformas educativas y energéticas.

Curiosa la puesta en escena de los organizadores de la Universidad de  Washington de Missouri entregando un micrófono de mano a los candidatos y permitiéndoles que se moviesen por el escenario sin restringir sus movimientos al consabido atril.

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En cuanto a su imagen personal, él , esta vez sí, tocado con una corbata roja y   el mismo traje oscuro del debate anterior, mientras que ella lucía un  traje de chaqueta pantalón que pasaba inadvertido pero que le daba el buscado toque de profesionalidad.

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Producto de la tensión propia del debate, en algunos momentos ambos olvidaron sus estrategias previamente establecidas y mostraron un lenguaje corporal que no les beneficia en nada a ninguno de los dos.

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