Ante las distintas opiniones vertidas NO sobre si SAR la Infanta Dª Cristina debiera o no renunciar a su derechos sucesorios que las hay, sino si por fin lo va a formalizar o no, considero conveniente analizar una serie de puntos que veo se están dejando de lado y me parecen de suma importancia.
En primer lugar, hay que dejar muy claro que es una decisión que solo compete a ella, y que sólo ella puede tomar.
Pero también hay que dejar muy claro que no le afecta a ella sola y que trasciende a su propia persona ya que, precisamente por esos derechos sucesorios, se ve implicada directamente la institución monárquica, y esta implicación no solo se produce como casa real en sí misma que pienso que solo tendría una importancia interna dentro de la familia, sino como Institución que encarna la jefatura del estado español y por tanto afecta y mucho a la totalidad de la sociedad española.
Este es el matiz desde el que yo creo que se debe observar esta cuestión y que da importancia a esta decisión. Nos afecta a todos.
Si la Casa Borbón fuese, como otras entre las que se encuentra la de la familia de la reina Sofía en Grecia, una monarquía no reinante, nadie estaríamos hablando de esta cuestión y no se le daría la importancia que tiene, precisamente porque no nos afectaría. Sería una cuestión de familia.
El asunto adquiere importancia en el momento en el que, por medio de la constitución en vigor y por medio de esos derechos sucesorios, nos encontramos que esta persona, imputada en un juicio por delitos fiscales, existe la posibilidad de una sucesión, por lejana e improbable que esta sea, y por tanto ES SUSCEPTIBLE de dirigir el destino de los españoles como Reina de España asumiendo la Jefatura del estado que, entre otras cosas, conlleva la comandancia suprema de las fuerzas armadas.
No se trata de una decisión que se deba tomar como elemento estético para salvaguardar la imagen de la Corona. Esta no lo necesita, y si así fuera no lo arreglaría con una renuncia de la Infanta Cristina.
No. Es más, La corona, no debería estar dispuesta a permitir que se cambiasen las tornas y que, ahora, la Infanta Dª Cristina, «haciendo un sacrificio» en la renuncia a sus derechos, convirtiese este hecho en un «favor» que hace a su hermano para que pueda reinar con tranquilidad.
Las cosas son como son y los hechos no son opiniones o tesis o ideologías populares, son hechos que no se puedan modificar por un gesto de cesión de sus derechos tomado como una cuestión meramente «estética» que, sin duda, harían más daño que beneficio al actual Rey
VEAMOS LOS HECHOS :
1.- la Infanta Cristina, está imputada por un tribunal superior, por dos delitos fiscales. Esto es irrefutable y nadie puede darle ninguna vuelta. Es así.
2.- La infanta Dª Cristina, apoya y asume con todas las consecuencias su relación conyugal con el Señor Urdangarín. Este es otro hecho irrefutable y asumido públicamente por la infanta. El Señor Urdangarín, Duque consorte de Palma, es el esposo de Dª Cristina y padre de sus cuatro hijos, y no solo está imputado, sino inculpado en un caso de escándalo mayúsculo. Si bien es cierto que es necesario esperar a que se produzca una sentencia que lo inculpe o no, es un hecho que MORÁLMENTE, por una mera cuestión de alarma social, este señor no puede estar tan cerca de una persona que tiene una mínima posibilidad de acceso a la jefatura del estado.
Este es el campo de juego en el que juegan dos partes no solamente ella, y se deben mover no solo la Infanta Cristina, sino el actual monarca al encarar esta cuestión de los derechos sucesorios.
Ella, asumiendo los hechos y por tanto las consecuencias, debe realizar un ejercicio de responsabilidad personal consciente de que si bien tiene unos derechos también tiene unas obligaciones y esas en este momento no son otras que apartarse limpiamente y no agarrarse a esa posible sucesión que por otro lado no existe probabilidad alguna de que se produzca.
El Rey Felipe VI, desde mi humilde punto de vista, aún a sabiendas de que es una decisión que solo puede tomar su hermana, debe forzar la situación hasta el punto de que se sepa claramente que es prácticamente una EXIGENCIA que le impone, su actual condición, del mismo modo que se impone la sugerencia de una dimisión a un político o a un empresario cuando no ha ejercido el desarrollo de sus funciones de una manera adecuada, evitando así una ruptura que debería realizar el rey y que sería mucho más traumática.
Existen precedentes en la renuncia de derechos en las dos hermanas del Rey Juan Carlos, las infantas Dª Pilar y Dª Margarita, que renunciaron a la sucesión en sus capitulaciones matrimoniales, a petición del Rey, dejando clara la función de jefatura del Estado de la institución monárquica y no ligándola a avatares familiares y sucesorios que solo afectarían a ellos mismos pero que tendrían consecuencias para todos, resultando de la decisión un verdadero servicio al País, dejando clara y limpia la situación de la institución.
Esta es la monarquía del Siglo XXI que tan bien está encarnando el nuevo Rey Felipe, acompañado espléndidamente por SM La reina Dª letizia.
Dª Cristina, no le obligue usted a que tenga que tomar una decisión mucho más traumática para todos.
Es hora de que no se olvide de la responsabilidad que conlleva su apellido y las obligaciones que le imponen precisamente esos derechos que usted tiene.
Los antecedentes de servicio a España por parte de su abuelo D. Juan y de sus tías, Dª Pilar y Dª Margarita, El ejemplo de servicio de su padre el Rey Juan Carlos en su abdicación, dejando paso a la nueva generación y renunciando al trono, no solo le deben hacer pensar que DEBE TOMAR UNA DECISIÓN INMEDIATA en beneficio de todos sino que la debe de tomar.
Señora no le obliga nadie, solo su propia responsabilidad.