Los cables del tranvía que cambiaron la historia. Hoy Hace 115 años.


El 31 de mayo de 1906 era un día de fiesta.

Su majestad el Rey Alfonso XIII contraía nupcias con Victoria Eugenia de Battenberg , bisabuela del actual Rey Felipe VI y madrina en su bautizo 58 años después a la edad de 81 años,  

España estaba de fiesta. Era el acontecimiento de un principio de siglo convulso.

La calle mayor de Madrid repleta, a rebosar de felices madrileños que vitoreaban a la feliz pareja. Los periódicos de la época calcularon unos 400.000 asistentes de los que 50.000 habían llegado en tren desde fuera de Madrid y, efectivamente, unos cables del tranvía que entonces recorría la calle mayor de Madrid fueron los protagonistas de un hecho que podría haber cambiado la historia cortando de seco la dinastía de los borbones.

A las 13,40 horas aproximadamente, 21 salvas anunciaban la salida del cortejo, compuesto por 40 carrozas,  de la Basílica de San Jerónimo donde habían contraído matrimonio los reyes para dirigirse hacia el Palacio Real, lentamente para que la multitud de personas congregadas vieran el séquito y el maravilloso carruaje tirado por caballos blancos que llevaba a los reyes.

Sobre las 13,55, el séquito pasaba por el número 88 de la calle mayor, donde había alquilado una habitación el anarquista Mateo Morral desde cuyo balcón, como tantos otros,  tiró un ramo de flores al carruaje de los reyes.

El ramo llevaba escondida una bomba.

No llegó a su destino pues unos cables del tranvía donde se enganchó el ramo evitaron que explotase en el carruaje de los reyes, resultando ilesos, librando así de un cambio de dinastía en la historia de España. 23 personas fallecieron entre las que se encontraban miembros de la guardia real y personas que admiraban el cortejo, así como algún noble que estaba cerca.

El artífice del atentado logró escapar y fue detenido dos días más tarde en Torrejón de Ardoz para trasladarlo a la comisaría donde despues de disparar a un guardia se suicidó.

Los reyes tuvieron seis hijos cuyo primogénito Juan, actual abuelo del rey Felipe VI, engendró a su padre el Rey Juan Carlos I.

Una vez más el azar cambió la historia.