Un apretón de manos eterno, una comida pagada a medias, la importancia de los colores y los regalos, marcan el trasfondo protocolario de una reunión histórica entre los presidentes de Taiwan y China después de 66 años.
Es muy curioso, histórico diría yo, lo que está pasando en el estrecho de Formosa entre dos potencias económicas como son Taiwan y China, después de 70 años de graves tensiones entre ellas.
Acaban de tener un encuentro para arreglar diferencias en el que el PROTOCOLO ha tenido un protagonismo fundamental para poder llevar a buen fin las conversaciones y que deberíamos tomar como ejemplo en situaciones totalmente diferentes pero muy cercanas a lo que está ocurriendo en nuestro país en el proceso independentista de Cataluña.
UNOS BREVES APUNTES HISTÓRICOS PARA SITUARNOS.
Taiwan, una pequeña isla conocida antes como la isla de Formosa, con una extensión de 36.000 kilómetros cuadrados, , fue donde se refugió el bando perdedor de la guerra civil china en 1949 tras la victoria de los comunistas de Mao Zedong y la proclamación de la República Popular China, al ser la única parte del territorio chino que no cayó en manos del nuevo régimen, manteniendo el nombre y el gobierno de la República de China hasta la actualidad.
Desde esa fecha continuó reclamando su condición de gobierno legítimo de toda China hasta que en 1971 dejó de ser miembro de la ONU y las Naciones Unidas reconocieron a la República Popular China.
A partir de los años 80, abandonó su aspiración de retomar el control de toda china motivando un proceso de independencia y “taiwanización” muy creciente en las instituciones de la isla, viviendo con un movimiento independentista muy importante que ha generado serias y graves tensiones políticas afectando incluso al entorno internacional.
En 1992, por medio del “consenso de 1992” se consiguió una cierta estabilidad al considerar ambas partes que “SOLO EXISTE UNA CHINA” si bien para los primeros es la República Popular (comunista) mientras que para los isleños se trata de la República de China, heredera de la revolución que derrocó en 1911 a la dinastía Qing.
Tanto la constitución de la República Popular de China (1949) como la de la República de China,(1947) establecen que el régimen chino tiene la soberanía real de la isla considerando al territorio de Taiwan como una provincia de China.
La cuestión de cuál debe ser el estatus definitivo de Taiwan y su independencia, es el problema principal que ha dominado la agitada vida política taiwanesa desde la democratización de la isla, con una duplicidad burocrática al solaparse las administraciones provincial y nacional con unos costes importantes y mucho más cuando dos ciudades muy industriales y estratégicas, Taipei y Kaoshiung, son independientes del gobierno provincial de Taiwan y se encuentran bajo la administración del gobierno central.
Por otro lado, Taiwan, después de la re conversión industrial desde la crisis de 1973 hacia el sector de las altas tecnologías, es hoy uno de los primeros fabricantes de microprocesadores y recientemente ha pasado a convertirse en unos de los mayores inversores en la república Popular China, destacando en sectores tan influyentes como son los semiconductores, la nanotecnología, telecomunicaciones, computadoras, teléfonos móviles y tablets, audiovisuales, motos, bicicletas, etc. y convirtiéndola en un “país” muy influyente en la economía mundial.
Unido a este privilegio económico de la isla, a la propia situación geo estratégica ha hecho que los líderes actuales de las dos potencias, tras 60 años de relaciones muy complicadas, hayan “limado asperezas” y China ofrezca a Taiwan una postura más abierta y práctica en pro de unas mejores relaciones con respecto a una mayor presencia internacional de la isla si ésta rechaza el independentismo, aunque cabe destacar que tanto el presidente chino como el taiwanés, se enfrentan a la emergencia del Partido Demócrata Progresista de Taiwan favorito para ganar las elecciones presidenciales en 2016, y que se muestra muy favorable al independentismo de la isla.
Así las cosas, ayer sábado día 7 de noviembre, Los presidentes de China y Taiwan, Xi Jinping y Ma Ying-jeou, escriben una página en la historia de los dos territorios con la primera reunión de este nivel en 66 años tras el final de la guerra civil china en 1949.
Y AQUÍ ENTRA EN ESCENA EL PROTOCOLO.
PLANIFICACIÓN.
La reunión, que se estuvo preparando durante dos años hasta que fue anunciada por sorpresa en la medianoche del pasado martes, transcurrió por una coreografía cuidadosamente planificada, en un ambiente muy cordial y con ambos líderes dirigiéndose entre sí como «señor» a fin de evitar el uso de la palabra «presidente» y sus implicaciones legales.
EL ESPACIO.
La reunión, se ha celebrado en el escenario neutral de un hotel de lujo de Singapur
y ha tenido como principales resultados promesas de desarrollo futuro de las relaciones si no hay una declaración de independencia en Taiwán, y dentro del respeto al llamado «consenso de 1992».
Esta ambigua fórmula, que permite a ambas partes decir que pertenecen a China pero se reservan el derecho a definirla a su manera, «ha hecho posible el diálogo y ha logrado frutos notables», aseguró Ma en una rueda de prensa posterior.
LA IMAGEN.
El bombardeo de flashes de cientos de medios de comunicación inmortalizaron un saludo en el que los dos presidentes iban girando para que se les captase desde todos los ángulos . Un saludo que duró 82 eternos segundos, casi un minuto y medio y que estaba apoyado por un fondo amarillo, plano sin ningún estampado elegido como un color neutral, símbolo para ambas partes al ser el color del emperador.
Cabe destacar la ausencia de dos colores en el escenario:
El rojo, cloro habitual en los actos públicos de China porque simboliza a los comunistas.
El azul y blanco, colores presentes en la vieja insignia estrellada del partido nacionalista que ha gobernado tradicionalmente Taiwan.
Sin embargo cada uno de los mandatarios llevaba una corbata de su color
UN ACTO SOCIAL MUY MEDIDO
- Ambas delegaciones, en el obligado acto social, decidieron pagar la cena a medias que posteriormente se celebró para no considerar a nadie anfitrión.
- Los carteles que indicaban el protocolo de los asientos de cada uno, estaban escritos en dos grafías distintas del idioma chino para no molestar a nadie. Los taiwaneses tenían sus nombres escritos en chino tradicional mientras que los chinos se podían leer en Mandarín simplificado ( versión del idioma introducido en los 50 por Mao)
- Se realizó una selección muy cuidadosa de los licores que se utilizaron en los brindis:
Se escogieron licores elaborados justo en el medio de las dos potencias, en el estrecho de Formosa que a veces une y otras separa a los dos territorios, haciendo uso las dos delegaciones de una de las pocas cosas que todos comparten.
- Hasta el año de destilación de los licores, lanzaba mensajes: Los licores, ofrecidos por la delegación Taiwanesa y que elaboran con sorgo, se destilaron en los años 1990 y 1993, años en los que se firmaron los más importantes acuerdos entre ambas partes.
- Los Regalos. Las dos delegaciones eligieron con una cortesía exquisita los regalos que se ofrecieron entre ellos. Ejemplo de ello fue la finísima estatua de una urraca azul pájaro nacional de la isla con que los taiwaneses agasajaron al Presidente Chino
LA COMPARECENCIA ANTE LOS MEDIOS.
Mientras que la delegación taiwanesa, influenciada por el proceso independentista que potencia la oposición, respondió en persona a los periodistas y se presentó ante los medios, acompañado de toda su delegación, por parte del régimen comunista sólo lo hizo un alto cargo de la oficina de asuntos de Taiwan en China.
LOS CONTENIDOS.-
No solo tenían que llegar a un acuerdo, además debían comunicarlo a todo el planeta y para ello, seleccionaron con todo el rigor las frases que cada uno de los mandatarios debía expresar a los medios de comunicación.
De esta manera, se oyeron frases sorprendentes sobre todo en los minutos iniciales en los que el presidente chino sorprendió a todos diciendo que los chinos y taiwaneses “somos hermanos unidos por la carne aunque tengamos algunos huesos rotos”
- Al estrecho de Formosa que les separa, diciendo que los dos pueblos “son una familia en la que la sangre es más espesa que el agua”.
- «El estrecho no puede evitar que parientes y amigos se echen de menos»,
- Respecto a la responsabilidad y continuidad: “Se ha dado un paso histórico en el que ambas partes deben trabajar juntas «sin importar las dificultades»
- «El desarrollo pacífico de los lazos es inevitable y el futuro es brillante», subrayó.
El titular lo ofreció el Presidente taiwanes Ma Ying-jeou, señaló en su comparecencia de prensa tras el encuentro con su homólogo chino, Xi Jinping, que ambas partes coincidieron en que «no cabe el independentismo» en la isla, «pues va contra la Constitución»,
Sin embargo puso mucho énfasis en el logro de uno de las reclamaciones históricas de Taiwan en referencia al apoyo de China para una mayor participación en los organismos internacionales
Sin entrar en el fondo de la cuestión motivo de otro análisis, me parece muy acertado el uso del protocolo en beneficio de un mensaje común a transmitir, mas allá del análisis de esas sombras de la pared que se producen en los saludos.
Una lección que deberían aprender nuestros políticos.