Savia nueva en las monarquías europeas


Estamos viendo en los últimos tiempos, relevos en las monarquías Europeas que la población ha asumido, primero con un poco de expectación pero después con una tranquilidad y aceptación que en otros momentos de la historia quizá no se habría producido.

Lo cierto es que nunca había acontecido en ningún país un cambio en la Jefatura del Estado sin la celebración de unas elecciones democráticas -sino por simple sucesión sanguínea sin que generase convulsiones políticas y sociales de importancia- excepto en estos relevos que se están sucediendo en las monarquías europeas.

Empezaron Los Grandes Duques de Luxemburgo, después los belgas, siguieron en Holanda y ahora la Casa Real Española con la abdicación de S.M. el Rey Juan Carlos y la consiguiente proclamación del Rey Felipe.

¿Cómo vemos todo esto? ¿Lo asume la sociedad como algo normal? ¿Están en decadencia absoluta las monarquías constitucionales? ¿Es un sistema obsoleto? ¿Qué alternativas tenemos? Estas y muchas preguntas más nos hacemos todos, y son dignas de algunas reflexiones.

La primera reflexión es, si cabe en estos momentos un debate serio sobre la necesidad de cambios radicales en cuanto a desaparición de las propias monarquías sustituyéndolas por sistemas republicanos.

Desde la realidad social no me cabe duda de que, a pesar de los desmanes de algunos conocidos por todos que han generado crisis institucionales en algunas de las monarquías europeas, por un lado y, por otro, a pesar de que otras están inmersas más en el protagonismo que juegan en el papel cuché que en sus labores de Estado. Añadiría, en tercer lugar, que es cierto que hay un sentimiento generalizado de pensar en la monarquía como sistema de gobierno agotado por carecer de una legitimidad plebiscitaria. No obstante todo lo anterior, no creo que deba ser el momento de generar un debate serio en este sentido, pues a pesar de todo, es verdad que la sociedad no se ve afectada directamente y de manera generalizada por estas cuestiones existiendo, además, un cierto temor a las convulsiones que podrían producirse con cambios tan radicales.

Se está en toda Europa en momentos de crisis económica que prima sobre todo lo demás generando una gran intranquilidad en la población como para ponerse con otras cuestiones que hasta ahora, si bien es cierto ha habido incidencias en algunos casos muy graves, no afectan en profundidad a las formas de gobierno.

A pesar de todo lo anterior, también es cierto que los niveles de popularidad de las Casas Reales europeas en general es bastante elevado lo cual genera una situación de “stand bye” que permite el que las distintas monarquía sigan ejerciendo sus funciones y sean aceptados como algo que nos viene dado y que de momento es preferible no modificar.

De todo ello, son muy conscientes las distintas Casas Reales encarnadas por nuevos monarcas que han accedido al trono en los últimos 15 años y muchas de ellas se han puesto las pilas haciendo un verdadero lavado de imagen en cuanto a modernidad; también adaptándose a la una realidad que les hace obtener resultados de popularidad bastante aceptables.

A esto nos referimos cuando hablamos de savia nueva en las Casas Reales. Sobre todo las centroeuropeas -con la excepción hecha de la británica que siempre ha ido e irá muy por libre- es decir, holandesa, española, belga y Luxemburgo. En todas ellas ha habido en los últimos años, convulsiones y sucesiones provocadas en todos los casos por la abdicación del anterior.

Veámoslas con un poco de detalle:

Inició esta serie el Gran Ducado de Luxemburgo en el que el 7 de octubre de 2000 entronizó el actual Gran Duque Enrique por medio de la abdicación de su padre, todavía vivo, el Gran Duque Juan. No ocurrió nada en la casa Nassau, reinante en Luxemburgo desde 1890 con estas abdicaciones considerándose normales en cuanto que se hace necesario el que una persona de cierta edad ( 79 años tenía el Gran Duque Juan, cuando abdicó) deje paso a los más jóvenes. Sin embargo, sí que hubo ciertas convulsiones cuando el Gran Duque actual alegó en diciembre de 2008 motivos de conciencia para no firmar la aprobación de la Ley de la Eutanasia aprobada por la Cámara de Diputados, lo que tuvo como consecuencia inmediata la limitación de sus poderes por parte del parlamento de Luxemburgo.

Resulta muy curiosa la situación de los actuales Reyes de los Belgas, Felipe y Matilde. Han sufrido distintos avatares mediáticos tanto por ellos mismos que por miembros de su familia, pero sin embargo gozan de una popularidad extrema entre los belgas a pesar incluso de sus diferencias idiomáticas y políticas. Hace poco más de un año, en julio de 2013, accedió al trono belga el Rey Felipe tras la abdicación de su padre el Rey Alberto II que, a su vez, accedió al trono por la muerte de su hermano el Rey Balduino casado con la Española Fabiola de Mora y Aragón. Avatares de todo tipo, ha sufrido el Rey Felipe de Bélgica. Desde la no admisión por parte de su padre para que accediera al trono a la muerte del Rey Balduino por considerar que no estaba preparado hasta intensos rumores por la aparición de un libro sobre “los secretos de alcoba de la Casa de Sajonia”; sin olvidar las tensiones originadas en el seno de la familia por las andanzas públicas de su hermano el Príncipe díscolo de la Casa Real, Lorenzo.

También hubo problemas en la Casa Real Holandesa, la del Reino Unido o la de los Países Bajos. En este último caso, en la Casa Orange-Nassau -reinante desde 1815- es casi una costumbre la abdicación del monarca cuando ya tiene una edad suficiente. Actualmente ocupa el Trono el Rey Guillermo Alejandro, siendo el primer Rey varón en 130 años. Lo es por abdicación de su madre la Reina Beatriz en abril de 2013 quien se erigió en Reina, 33 años antes, por la abdicación de su madre la Reina Juliana.  La Reina Beatriz en el año 1966 tuvo que pedir un permiso especial al Parlamento para poder casarse con un joven alemán debido a su pasado en las juventudes hitlerianas que generó una convulsión en el país -curiosamente fue muy querido posteriormente por todo el pueblo-. Cuestión que se volvió a repetir con la actual Reina, la argentina y economista Máxima Zorreguieta, cuyo padre estuvo estrechamente vinculado a la dictadura militar de Videla. Sin embargo en estos momentos resulta muy querida por todo el pueblo neerlandés con un altísimo nivel de popularidad.

Por último, veremos qué ha ocurrido en la Casa Real Española. Por un lado una grave crisis institucional con el escándalo del marido de la Infanta Doña Cristina, Iñaki Urdangarín; así como con algunas cuestiones surgidas a raíz de la cacería de elefantes del Rey Juan Carlos -por lo cual pidió perdón públicamente- además de continuos rumores de su situación conyugal. S. M. el Rey Juan Carlos, anunció la abdicación de la corona en junio de este mismo año, por medio de la cual se produjo la proclamación del Rey Felipe VI. Hecho histórico que, como digo, se produjo en medio de una grave crisis institucional.

¿Qué cosas tienen en común todas estas monarquías?

Ni más ni menos que, a pesar de todo lo dicho, tienen como nexo el excelente nivel de popularidad de sus titulares actuales. Cuentan con una espléndida preparación desde niños para ser Reyes y de todos es conocida, aceptada y respetada. Todos ellos, con mayor o menor fuerza, configuran un símbolo de unificación y de identidad que garantiza su sentido de pertenencia. Y por fin están desarrollando en sus distintos países tres líneas claras establecidas de manera casi idéntica en sus discursos públicos:

Primera: Su política exterior de relación institucional, ocupando una agenda vertiginosa en todos los foros internacionales, dando rigor a las funciones básicas que priman en una monarquía parlamentaria que reina pero que no gobierna.

Segundo: Los gestos denotan que son personas del siglo XXI. Ya no se hacen esas cenas de gala en cualquier encuentro, con toda la pompa y el boato propios de hace un par de siglos, sino que los obligados actos sociales se celebran mediante una comida en la que la etiqueta no es otra que un traje de chaqueta y corbata. Se convierten en comidas de trabajo comúnmente hablando.  Muchos gestos de modernidad, de adaptación al actual mundo globalizado en el que vivimos y que les hace ser personas mucho más cercanas a la realidad social que generan una confianza en el buen desarrollo de sus funciones y que acercan al gobernante a los gobernados .

Por último, la tercera línea en común que se puede observar en esta savia nueva de las monarquías europeas, no es otra cosa que la profesionalidad con la que están realizando su trabajo. Son personas muy preparadas desde niños para desarrollar estas funciones, y eso se nota. Son personas a las que las circunstancias de la sociedad actual les ha permitido casarse no por razones de Estado sino por cuestiones personales -se agradece que las distintas reinas actuales sean economistas, abogadas, periodistas… Las primeras reinas universitarias en la historia de las distintas casas reales. Pueden realizar sus tareas desde una posición de conocimiento.

Esta es la obligada savia nueva que hay en las actuales casas reinantes de Europa y esto es precisamente lo que hace que tenga viabilidad la continuación y permanencia de dichas casas reales.

Otra cosa sería el fin de las mismas.

Gerardo Correas Sánchez

Presidente de la Escuela Internacional de Protocolo